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Este blog es un espacio abierto a quien quiera participar. Compartir sus recetas, sus historias culinarias. Aquellos sabores de antes y aquellos ingredientes de siempre, los productos del campo cada día más difíciles de encontrar. En fin todo aquello que este relacionado con el mundo de la cocina tradicional, sin olvidarnos de la presente.
viernes, 9 de marzo de 2012
FIRA DE L' EMBOTIT D´OLOT. LA GARROTXA. GIRONA. 10-11 DE MARÇ 2012.
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sábado, 25 de febrero de 2012
MÉTODO BOUQUET. CULTIVAMOS EL FUTURO.
domingo, 18 de abril de 2010
ELABORACIÓN DEL QUESO DE CABRALES.
El queso de Cabrales es un queso de tipo azul que se elabora en el Principado de Asturias (España) a partir de leche de vaca, cabra y oveja. Es característico del concejo de Cabrales y algunas localidades de Peñamellera Alta.
Se usa la leche de dos ordeños, el de por la mañana y el de la noche. Cuando la leche adquiere la temperatura adecuada se le añade el cuajo, que puede ser obtenido tanto de una forma artesanal como a partir de preparados industriales. No se usa una gran cantidad de cuajo a fin de que el proceso tenga lugar lentamente y la leche es mantenida en la cocina para que se conserve a una temperatura templada. A la mañana siguiente, cuando la cuajada se ha formado, se rompe con un cucharón y se deja reposar durante unas horas, para quitarle el suero más tarde. La pasta resultante se pasa a unos moldes cilíndricos sin prensar. Estos moldes se llenan por encima de su cabida, coronándolos con un cono de cuajada. Los moldes se mantienen sobre tablas de madera en la cocina para que el calor ayude a secar la cuajada durante varios días. Una vez sacados del molde, se sala el queso por una cara y pasados unos días por la contraria.
El proceso de maduración se lleva a cabo en las cuevas naturales que hay en los Picos de Europa. En estas cuevas, la humedad relativa es del 90% y la temperatura oscila entre 8º y 12º C. En estas condiciones se desarrollan en el queso mohos del tipo penicillium, lo que le aporta las zonas y vetas de color azul-verdoso. Este proceso suele durar entre dos y cuatro meses, durante los cuales el artesano cambia la posición de las piezas con objeto de que sazone cada una de las caras. Durante este tiempo los quesos se cubren con hojas de arce humedecidas (por razones de higiene ya no sucede). El producto final alcanza un peso que va desde los dos a los cinco kilos.
Cuando el queso está listo para su consumo, se envuelve en papel de aluminio de color verde. El embalaje se completa con la etiqueta del fabricante y la contraetiqueta del Consejo Regulador, compuesta por una banda roja flanqueada por dos bandas verdes y el logotipo del Consejo Regulador con la numeración correspondiente. Deseche los quesos que no estén envasados y etiquetados de la forma indicada: son fraudulentos y carecen de garantías. Antiguamente se envolvía el queso en hojas de plágano, era una forma económica de envasarlo, pero no reunía condiciones sanitarias aceptables y favorecía el fraude de envolver cualquier queso azul en hojas y aprovecharse del prestigio del Queso Cabrales.
domingo, 28 de febrero de 2010
QUESO SBRINZ. UN QUESO SUIZO.
Muchos quesos suizos están entre los mejores del mundo, y esta fama está sin duda justificada. Los excelentes pastos de las regiones montañosas del interior del país producen uno de sus mejores quesos, el queso Sbrinz suizo, no tan conocido como otras variedades.
Probablemente es uno de los quesos más antiguos de Europa, se habla de que ya varios siglos antes de Cristo se elaboraba un queso primitivo en las montañas con la leche de las vacas. El nombre de “sbrinz” no corresponde a una zona geográfica, como otros quesos, y no está muy claro el origen, que puede derivar de la palabra lombarda “sbrinzo”, que quiere decir “queso duro”.
Es un queso maduro a base de leche entera pasteurizada, de vaca 100%, y con las nuevas regulaciones se establece una zona geográfica en torno a Lucerna, de donde procede la leche de 530 productores lecheros, con 34 granjas queseras y 4 marcas registradas.
Se producen quesos de 45 kgr., enormes ruedas similares a las del parmesano, que necesitan unos 600 litros de leche fresca cada una. La leche fresca, recogida a diario, se cuaja y se introduce en los moldes, donde madura dos meses a 18º. La maduración final requiere un mínimo de 18 meses para que adquiera su peculiar sabor y textura, pero el punto ideal está en los 22 meses.
Llama la atención su dureza, es un queso que cuesta cortarlo en frío. Pero si hace mucho calor veremos que “suda” la abundante grasa que posee, por encima del 45% de materia grasa. Pero su textura es friable, es decir, se desmorona con facilidad, por lo que admite muy bien cortes con la paleta similar a la del parmesano, para sacar lascas ideales para decorar platos y ensaladas, o para comerlas directamente.