Hace unos días tuve la suerte de encontrar en los encants vells de Barcelona un librito de Jardinería que me ha fascinado. Buscando un poco sobre quien lo había escrito me llevo al final a la historia de una empresa que todos los que nos gusta la jardinería y la horticultura conocemos.
Historia:
CRONOLOGÍA
1802
Joan Nonell i Vinyes, al que llamaron "Bonminyó", comienza a comercializar semillas y plantas: Nace Semillas Nonell.
1808
Estalla la Guerra de la Independencia. Jaume Nonell vive su infancia como telón de fondo.
1823-1884
Gregor Mendel introduce a la agricultura en la ciencia genética, experimentando con el guisante, con sus estudios con la transmisión de los caracteres hederitarios.
1848
Se inagura el primer carril de tren de España, que cubre el trayecto Barcelona-Mataró.
1857
Jaume Nonell abre la primera tienda de semillas en Barcelona, HIJOS DE NONELL.
1864
Jaume Nonell acometió una impresionante obra de rehabilitación de la masía Cal Bonminyó, edificada en terreno propiedad de Rafel Mas.
1865
Joan Nonell publica el ABECEDARIO DEL JARDINERO. Otras publicaciones vendrán detrás, como la GUÍA DEL JARDINERO y la GUÍA DEL HORTICULTOR,O dos manuales concebidos para asesorar al cultivador en la elección del producto más adecuado y a cultivarlo con éxito.
1802
Joan Nonell i Vinyes, al que llamaron "Bonminyó", comienza a comercializar semillas y plantas: Nace Semillas Nonell.
1808
Estalla la Guerra de la Independencia. Jaume Nonell vive su infancia como telón de fondo.
1823-1884
Gregor Mendel introduce a la agricultura en la ciencia genética, experimentando con el guisante, con sus estudios con la transmisión de los caracteres hederitarios.
1848
Se inagura el primer carril de tren de España, que cubre el trayecto Barcelona-Mataró.
1857
Jaume Nonell abre la primera tienda de semillas en Barcelona, HIJOS DE NONELL.
1864
Jaume Nonell acometió una impresionante obra de rehabilitación de la masía Cal Bonminyó, edificada en terreno propiedad de Rafel Mas.
1865
Joan Nonell publica el ABECEDARIO DEL JARDINERO. Otras publicaciones vendrán detrás, como la GUÍA DEL JARDINERO y la GUÍA DEL HORTICULTOR,O dos manuales concebidos para asesorar al cultivador en la elección del producto más adecuado y a cultivarlo con éxito.
1889
El Ministerio de Fomento adjudica a Semillas Nonell el Premio Extraordinario (diploma y medalla de oro), en reconocimiento a su labor en la producción de semillas y plantas desde el año 1857 y por la contribución al progreso de la horticultura del país.
1912
Miguel Batlle Civit ya exportaba semilla de alfalfa en Europa, a principios del siglo XX.
1947
Los hermanos Batlle llegan a un acuerdo con la familia Nonell para adquirir la empresa comercial de Barcelona.
1970
Se concede el Premio Nobel de la Paz a Norman E. Borlaug, por sus trabajos en genética vegetal, sobre variedades semienanas de trigo, de alto rendimiento.
1975
El Ministerio de Agricultura condecora a Francisco Batlle Vernís con el título de Comendador de la Orden del Mérito Agrícola.
1978
Nace la Constitución. España recupera definitivamente sus libertades con el advenimiento de la soberanía popular.
1980
La década de los 80 constituye un punto de inflexión de Semillas Batlle, que entra en una etapa de expansión que se ha mantenido hasta el día de hoy.
1985
España entra en la Comunidad Europea.
2002
Llega el Euro, unificación monetaria que simboliza el principio del éxito de un debate histórico que aún no ha terminado.
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La familia Batlle entra en escena.
La familia Batlle entra en escena.
Primera mitad del siglo XX: nos encontramos en tiempos de grandes fusiones y sonadas absorciones; fabricantes y comerciantes andan angustiados ante una consigna determinista, irrefutable, que dice así: aliarse o morir; no se puede sobrevivir en solitario; ser competitivo significa ser lo suficientemente grande para tener el poder de control del mercado.
Unidos por intereses comunes, se producen pactos poco ortodoxos a los ojos del consumidor de a pie, que observa atónito el apretón de manos de acérrimos competidores. ¡Qué distinto modo de proceder el que se estilaba medio siglo atrás!
la misma trayectoria, una filosofía en armonía, perfiles personales y talantes hechos de la misma madera, con los mismos valores y nobleza de espíritu. Ello asegura que la buena tierra continúe; las personas: ellas son la materia prima, y en ellas, con el trabajo de sus manos, sus mentes y sus corazones, germinarán los frutos que han de ser la ofrenda de una comunidad empresarial a la sociedad.
Unidos por intereses comunes, se producen pactos poco ortodoxos a los ojos del consumidor de a pie, que observa atónito el apretón de manos de acérrimos competidores. ¡Qué distinto modo de proceder el que se estilaba medio siglo atrás!
la misma trayectoria, una filosofía en armonía, perfiles personales y talantes hechos de la misma madera, con los mismos valores y nobleza de espíritu. Ello asegura que la buena tierra continúe; las personas: ellas son la materia prima, y en ellas, con el trabajo de sus manos, sus mentes y sus corazones, germinarán los frutos que han de ser la ofrenda de una comunidad empresarial a la sociedad.
Todo hecho tiene un tiempo y un lugar.
En nuestro relato el hecho es un encuentro que marcará el curso de la historia de nuestros entrañables personajes. En Lleida, en la primera mitad del siglo XX, dos familias unidas por un oficio común entran en contacto: los y los Batlle.
Joan Febrés y su hijo Joan Tamburini, en su anhelo de seguir creciendo, comenzaron a extender su producción de semillas a otras áreas, especialmente en la provincia de Lleida, y así fue como iniciaron relaciones profesionales con los hermanos Ramón y Francisco Batlle Vernis, naturales de la leridana localidad de Bell-Lloc de Urgell, con quienes contrataron gran parte de sus producciones.
Joan Febrés y su hijo Joan Tamburini, en su anhelo de seguir creciendo, comenzaron a extender su producción de semillas a otras áreas, especialmente en la provincia de Lleida, y así fue como iniciaron relaciones profesionales con los hermanos Ramón y Francisco Batlle Vernis, naturales de la leridana localidad de Bell-Lloc de Urgell, con quienes contrataron gran parte de sus producciones.
Los orígenes de la familia Batlle eran eminentemente agrícolas.
Ya Miguel Batlle Civit, padre de Ramón y Francisco, a principios del siglo XX, exportaba semillas de alfalfa a varios países de Europa.
En 1947, los hermanos Batlle llegan a un acuerdo con la familia para adquirir la empresa. A partir de ese momento, todos los campos de mejora y producción, y almacenes centrales se situarán en Lleida, y las oficinas y la tienda, en Barcelona.
Sin salir de su tierra natal, Ramón quedó a cargo del control de la producción y selección de semillas, y Francisco se trasladó a Barcelona dirigiendo el control de ventas y la tienda Hijos de .
Los nuevos tiempos trajeron nuevas ilusiones y todo el personal de Hijos de , incluido el apoderado de la empresa, un personaje digno de mención, Francisco Poch Xena, y la secretaria de atención al cliente, Adela Feliu, verdadero baluarte de su área de trabajo, rebosaba entusiasmo, síntoma inequívoco de la buena sintonía entre los empleados y la recién llegada directiva.
Poco tiempo después de iniciarse el nuevo negocio, se instaló un almacén de expediciones junto a El Borne, Mercado de Frutas de Barcelona, de este modo se mejoró todo el proceso de expediciones a la península.
En 1948 se obtuvo la autorización por parte del Ministerio de Agricultura para la producción de semillas hortícolas y forrajeras, con el título de productor autorizado Nº 2. Durante años, la sigla productora “Nº 2”, aparecía en todos los envases de semillas comercializados por Semillas Batlle.
Desde 1947 hasta 1967, se utilizó el nombre comercial de Semillas , S.A., siendo la empresa productora Semillas Batlle. A partir del año 1968, la empresa quedó como sociedad inoperante pasando la actividad mercantil a Semillas Batlle.
Ramón Batlle, artífice de una etapa alcista para la compañía, falleció en febrero de 1963, y fue en estas fechas cuando Francisco Batlle Vernis, presidente de la sociedad, tomó la decisión de incorporar a la dirección de la empresa, a sus sobrinos Miguel y Juan Batlle Castillo, hijos de su hermano Ramón. Pasados unos años, se incorporó al equipo directivo Agustín Orero Buendía, hombre con una dilatada experiencia profesional, que venía a culminar un proceso de renovación y rejuvenecimiento de un equipo que incrementaría espectacularmente las actividades de la sociedad en temas de gran cultivo.
A partir de los años 70, la empresa comenzó a crecer, con la apertura de nuevas oficinas en Madrid, la construcción de la planta de producción en Talavera La Nueva (Toledo) y el establecimiento de delegaciones en las regiones agrícolas más importantes: Albacete, Cantabria, Córdoba, Extremadura, Lugo, Sevilla, Vizcaya, Valladolid y Zaragoza.
Los 80 fueron años de gran trascendencia en la historia de esta compañía que, con la incorporación a la dirección de la empresa, a principios de década, de Francisco y Ramón Batlle Valldeperes, ésta entra en una imparable dinámica de crecimiento. Desde Bell-Lloc, Francisco se ocupa de todas las cuestiones técnicas, investigación y producción. Desde Barcelona, Ramón lleva la gestión financiera y comercial. Ambos, junto a Agustín Orero (Presidente del Consejo), dirigen y administran el grupo de empresas.
En los últimos diez años se ha construido una nueva planta de selección de semillas en Carmona (Sevilla), con una capacidad para más de 20.000 Tm. de producción; una fábrica deshidratadora de alfalfa y forrajes; y se han incrementado considerablemente las inversiones y actividades en los sectores de horticultura, grandes cultivos, pratenses y artículos de jardinería (céspedes, bulbos, rosales, etc.).
En 1947, los hermanos Batlle llegan a un acuerdo con la familia para adquirir la empresa. A partir de ese momento, todos los campos de mejora y producción, y almacenes centrales se situarán en Lleida, y las oficinas y la tienda, en Barcelona.
Sin salir de su tierra natal, Ramón quedó a cargo del control de la producción y selección de semillas, y Francisco se trasladó a Barcelona dirigiendo el control de ventas y la tienda Hijos de .
Los nuevos tiempos trajeron nuevas ilusiones y todo el personal de Hijos de , incluido el apoderado de la empresa, un personaje digno de mención, Francisco Poch Xena, y la secretaria de atención al cliente, Adela Feliu, verdadero baluarte de su área de trabajo, rebosaba entusiasmo, síntoma inequívoco de la buena sintonía entre los empleados y la recién llegada directiva.
Poco tiempo después de iniciarse el nuevo negocio, se instaló un almacén de expediciones junto a El Borne, Mercado de Frutas de Barcelona, de este modo se mejoró todo el proceso de expediciones a la península.
En 1948 se obtuvo la autorización por parte del Ministerio de Agricultura para la producción de semillas hortícolas y forrajeras, con el título de productor autorizado Nº 2. Durante años, la sigla productora “Nº 2”, aparecía en todos los envases de semillas comercializados por Semillas Batlle.
Desde 1947 hasta 1967, se utilizó el nombre comercial de Semillas , S.A., siendo la empresa productora Semillas Batlle. A partir del año 1968, la empresa quedó como sociedad inoperante pasando la actividad mercantil a Semillas Batlle.
Ramón Batlle, artífice de una etapa alcista para la compañía, falleció en febrero de 1963, y fue en estas fechas cuando Francisco Batlle Vernis, presidente de la sociedad, tomó la decisión de incorporar a la dirección de la empresa, a sus sobrinos Miguel y Juan Batlle Castillo, hijos de su hermano Ramón. Pasados unos años, se incorporó al equipo directivo Agustín Orero Buendía, hombre con una dilatada experiencia profesional, que venía a culminar un proceso de renovación y rejuvenecimiento de un equipo que incrementaría espectacularmente las actividades de la sociedad en temas de gran cultivo.
A partir de los años 70, la empresa comenzó a crecer, con la apertura de nuevas oficinas en Madrid, la construcción de la planta de producción en Talavera La Nueva (Toledo) y el establecimiento de delegaciones en las regiones agrícolas más importantes: Albacete, Cantabria, Córdoba, Extremadura, Lugo, Sevilla, Vizcaya, Valladolid y Zaragoza.
Los 80 fueron años de gran trascendencia en la historia de esta compañía que, con la incorporación a la dirección de la empresa, a principios de década, de Francisco y Ramón Batlle Valldeperes, ésta entra en una imparable dinámica de crecimiento. Desde Bell-Lloc, Francisco se ocupa de todas las cuestiones técnicas, investigación y producción. Desde Barcelona, Ramón lleva la gestión financiera y comercial. Ambos, junto a Agustín Orero (Presidente del Consejo), dirigen y administran el grupo de empresas.
En los últimos diez años se ha construido una nueva planta de selección de semillas en Carmona (Sevilla), con una capacidad para más de 20.000 Tm. de producción; una fábrica deshidratadora de alfalfa y forrajes; y se han incrementado considerablemente las inversiones y actividades en los sectores de horticultura, grandes cultivos, pratenses y artículos de jardinería (céspedes, bulbos, rosales, etc.).
La expansión de la compañía. La empresa se ha extendido a todos los ámbitos; además de en la producción y en la mejora varietal, se ha puesto en marcha una de las instalaciones más modernas de envases de paquetes y cajas al vacío.
Otro de los apartados en los que el Grupo ha realizado una importante inversión ha sido la comunicación y el marketing, llevando a cabo un proceso de modernización y diversificación de los envases de los diversos productos, así como acciones continuadas de apoyo al punto de venta.
Asimismo, se han incrementado considerablemente las exportaciones de semillas a un gran número de países, y se han cerrado varios contratos de transferencia de tecnología con Italia, Grecia y Marruecos.
Asimismo, se han incrementado considerablemente las exportaciones de semillas a un gran número de países, y se han cerrado varios contratos de transferencia de tecnología con Italia, Grecia y Marruecos.
Hoy la empresa sigue siendo un puntal en el sector.