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martes, 26 de enero de 2016

SALVEMOS LAS ABEJAS. Greenpeace.


Las abejas son tendencia. En 2015 se colaron (merecidamente) en las búsquedas más populares de Google en España: la pregunta “¿Qué pasaría si no hubiera abejas?” está entrelas diez más buscadas durante el año pasado.
“Si las abejas desaparecieran, a la humanidad le quedarían cuatro años de vida”. Esta frase, que se atribuye a Einstein, puede ser un poco extrema, pero no deja de ser cierto que la desaparición de las abejas sí supondría un enorme reto para la humanidad: la biodiversidad, nuestra alimentación e incluso la economía se verían seriamente dañadas. Entonces… ¿Qué pasaría si no hubiera abejas? Estas serían algunas de las consecuencias:



1. Adiós al equilibrio ecológico
La compleja red de la vida en la Tierra se vería profundamente afectada. Las abejas y otros insectos desempeñan una de las funciones más fascinantes y fundamentales para la vida tal como la conocemos: la polinización, pieza fundamental para que las especies vegetales sigan existiendo. Por supuesto, de ellas dependen enormes beneficios para el medio ambiente y los ecosistemas, lso llamados “servicios ecosistémicos”, como la manutención de la calidad del aire que respiramos y de un clima adecuado. Los frutos y semillas son a la vez la dieta exclusiva de innúmeras especies animales, que a su vez son el alimento de otras muchas especies.
2. Pérdida de biodiversidad
La biodiversidad es la mejor inversión de futuro, la mejor herramienta para enfrentarnos a los desafíos presentes y futuros e incluso el garante de la preservación de valores tan importantes para el bienestar pero a veces menospreciados como los valores estéticos. Pero su pérdida es una de las principales amenazas que sufre el planeta. Según la FAO, se estima que se pierde entre el 1 y el 10% de la biodiversidad cada década.
Además, las abejas solo por sí mismas ya representan una importante parte de la biodiversidad de nuestro planeta. En el mundo existen entre 25.000 y 30.000 especies de abejas y en España más de 1.000.
Por otro lado cerca del 90% de las plantas silvestres con flor dependen de los insectos polinizadores para existir. En algunos casos las relaciones de dependencia son tan extremas que una planta no existiría sin un insecto polinizador específico y viceversa.
3. Seguridad y diversidad alimentaria amenazada
La diversidad agrícola y de nuestra alimentación depende en gran medida de los insectos polinizadores. En Europa, el 84% de las 264 especies de cultivo y 4.000 variedades vegetales existen gracias a la polinización por insectos, y algunos cultivos como la manzanas, los calabacines o los melocotones son totalmente inviables sin ella. Si los quisiéramos mantener polinizándolos manualmente, por ejemplo, se convertirían en un lujo.
Por supuesto, no sólo nuestra propia seguridad alimentaria se vería amenazada, sino tambiém la de muchos otros seres vivos.
Sin abejas, nos esperaría una dieta “aburrida” y “monocromática” pero, sobre todo, carente de nutrientes fundamentales para nuestra salud.
4. Ruptura de la hucha agrícola
Los servicios ecosistémicos reportan billones y billones de euros a la sociedad. La polinización por insectos supone para la agricultura a nivel mundial unos 265.000 millones de euros al año, para la europea unos 22.000 millones y para la española más de 2.400 millones. La repercusión que ello podría tener sobre el precio de los alimentos diarios es incalculable.

5. Amargo futuro
La miel sigue siendo el único edulcorante para muchas poblaciones humanas en el mundo, pero también el sostén de muchas familias que encuentran en sus excedentes una o la única forma de mejorar su economía familiar.
Pero incluso en España es una fuente de empleo verde y sostenible y también el sostén de muchas familias. Somos el país de la UE donde el sector apícola está más profesionalizado, y también el principal productor comunitario de miel y polen. ¿Te imaginas no poder disfrutar de una buena cucharada de miel de romero o de encina?
¡Tenemos que proteger las abejas! 
Lamentablemente, todo esto no es tan lejano. Las abejas se enfrentan a muchas amenazas, en gran medida debido a prácticas de agricultura industrial como el uso masivo de plaguicidas y los monocultivos. Sus poblaciones están en declive en casi todo el mundo, y algunas especies de abejas y otros insectos polinizadores se encuentran ya incluso al borde de la extinción.
¡Tenemos que proteger a las abejas! En Greenpeace vamos a seguir luchando por ellas, por nuestra alimentación y por la biodiversidad. Vamos a llevar tu firma ante todas las instituciones nacionales que sea necesario para impulsar una agricultura ecológica que respete a las abejas, al ser humano y a otros seres vivos; a seguir denunciando las compañías que causen daños a la biodiversidad; y a seguir investigando y trabajando para dar a conocer más la situación de las abejas.

¡Échanos un cable!

¿Qué puedes hacer tú?
  • Firmar para presionar a los políticos para que prohíban los plaguicidas tóxicos para las abejas. Firma la petición.
  • Consumir productos ecológicos, locales y de temporada. Así fomentarás un modelo de agricultura que favorece, entre otras cosas, a las abejas y los polinizadores.
Fuente: Greenpeace.

domingo, 1 de julio de 2012

AGROECOLOGÍA.



Olivares sevillanos.

Podemos imaginar que vivimos en un mundo cada vez más poblado. La población mundial llegará a los 7.000 millones en 2012, según la última proyección de la Oficina del Censo estado
Así mismo, en tan solo unidense, en la que analiza distintos factores que afectan al crecimiento demográfico en 226 países.
Así mismo, en tan solo trece años se espera que la población mundial pase a tener 1.000 millones de habitantes más.
Como podemos conseguir alimentar a toda esta población, como podemos conseguir una mayor redistribución de los recursos sin destruir el planeta. En resumidas cuentas que hacer.
Podemos vivir en un continente, en un país, así poco a poco acercamos a nuestra realidad y a partir de aquí como actuar, que hacer.
Es posible que desde este marco inicial podamos dar una pequeña alternativa que poco a poco cambie esa tendencia.
En el mundo rural siempre ha existido una producción de subsistencia que ha contribuido a su alimentación desde épocas remotas. Este círculo en muchas zonas se ha ido rompiendo, perdiéndose ese imán hombre-tierra.
La Agroecología puede contribuir a que comunidades de agricultores y ganaderos no dejen
sus campos y en esta actividad puedan ganarse la vida. De esta forma serán guardianes de su entono.
Sin duda unos de los pilares sobre los que podemos reforzar la agroecología es el turismo. Sin el muchos productos agroecológicos no tendrían salida y con ello no se conocerían. Así mismo
un turismo responsable es una fuente de ingresos y de atracción increíbles.
Para terminar, en esta época de crisis el modelo de sociedad consumista y destructora de recursos está colapsada. Sería interesante que poco a poco nos planteáramos una vuelta a nuestras raíces.

Nota: Me gustaría conpartir con vosotros este comunicado de prensa.
Se esta trabajando mucho en conseguir la recuperación de variedades horticolas antiguas y de cultivos que se estan perdiendo. Toda una esperanza de futuro.


Órgiva y Valle de Lecrín en Granada. 


Represa. Sierra Nevada al fondo.

                                                                            

Canales de riego de época Nazarí.

Olivo centenario de Órgiva.


Comunicat de premsa de la Fundació Miquel Agustí (03/11/2011)

En el marc del projecte “Recuperació, a través de l’ús, de l’agrobiodiversitat en els espais de la Xarxa Natura 2000 a Catalunya” la Fundació Miquel Agustí —entitat vinculada a la Universitat Politècnica de Catalunya.BarcelonaTech (UPC) i l’Ajuntament de Sabadell— ha recollit mostres de més de 200 varietats tradicionals antigament cultivades a Catalunya. Aquestes varietats poden constituir una font d’aliments d’alta qualitat i actuar com a motors de desenvolupament de determinats territoris. Els investigadors de la Fundació Miquel Agustí estudiaran el potencial agronòmic i gastronòmic d’aquestes varietats.

Determinats productes agrícoles amb característiques especials poden actuar com a eixos de desenvolupament en zones rurals. La mongeta del Ganxet a l’àrea del Vallès-Maresme, el fesol de Santa Pau a la regió d’Olot o els calçots a la zona de Valls són bons exemples, ja que es tracta de productes agrícoles amb propietats específiques: un gust i textura diferents, tècniques de cultiu específiques, uns plats associats i una història i tradició vinculades directament a un territori. Aquests productes aporten una imatge de qualitat al territori on són produïts, beneficiant al sector agrari i al sector serveis (principalment a la restauració).

Aquesta estratègia de desenvolupament rural és l’eix del projecte que està realitzant la Fundació Miquel Agustí, i que compta amb el suport de la Fundació Biodiversitat, adscrita al Ministeri de Medi Ambient i Medi Rural i Marí. En el projecte hi participa Francesc Casañas, director científic de la Fundació Miquel Agustí i professor del Departament d’Enginyeria Agroalimentària i Biotecnologia de la UPC, i Joan Casals, investigador de la Fundació Miquel Agustí encarregat del projecte.
Des de principis d’any, s’estan estudiant les varietats tradicionals cultivades en quatre territoris de Catalunya: la Terra Alta, el Berguedà, la Conca de Barberà-Anoia i l’Alt Camp-Tarragonès. Les zones d’estudi s’han seleccionat pels seus importants valors naturals, ja que gran part del territori estudiat està protegit mitjançant la Xarxa Natura 2000.

En el transcurs del projecte s’ha elaborat el primer mapa de varietats tradicionals catalanes, eina que es posa a disposició dels agents del sector i de la societat en general per fomentar el coneixement d’aquesta diversitat agrícola. Paral•lelament, s’ha dut a terme una diagnosi dels espais protegits mitjançant la Xarxa Natura 2000 a Catalunya, assenyalant la pèrdua de sòl agrari com una de les principals amenaces per a aquests territoris (disminució del 6,3% de la superfície cultivada en 10 anys). Finalment, i mitjançant les entrevistes realitzades a més de 400 pagesos d’aquestes quatre àrees, s’ha aconseguit recollir les llavors de més de 200 varietats tradicionals, així com documentar la seva història, costums i gastronomia associades. Aquesta informació i les llavors recollides serviran de base per desenvolupar i promoure nous productes alimentaris que, com en el cas del calçot de Valls, ajudin a promoure l’agricultura local i de qualitat. Algunes varietats que tenen potencial són l’escarola cabell d’àngel, el pèsol negre, l’enciam negre, el cigronet de l’Anoia o la col brotonera. Totes aquestes varietats seran conservades a una temperatura i humitat controlades al Banc de Germoplasma de l’Escola Superior d’Agricultura de Barcelona (UPC) i al Centro Nacional de Recursos Fitogenéticos, amb la finalitat de mantenir la seva viabilitat i poder-les utilitzar quan s’iniciïn les probes de caracterització.

Una altra acció del projecte ha estat l’estudi de 15 varietats tradicionals de tomàquet. Les dades referents a la producció i el perfil sensorial de cada varietat (factors determinants del seu valor comercial) han permès seleccionar dues varietats per la seva elevada qualitat: una procedent del Parc Natural de Collserola i l’altra de la zona de la Garrotxa.

A partir d’aquesta primera experiència en quatre àrees de Catalunya es pretenen establir les bases metodològiques per dissenyar actuacions a la resta d’àrees rurals de Catalunya i d’Espanya. En una segona fase del projecte es duran a terme assajos de camp amb aquestes varietats tradicionals, en les quals es fomentarà la participació de grups de productors i de restauradors per seleccionar les varietats amb més potencial, les quals començaran a ser cultivades en un termini de 3 anys.

Amb els resultats d’aquest projecte, la Fundació Miquel Agustí pretén ajudar al desenvolupament d’una agricultura que generi productes de qualitat i associats a cada territori (que es puguin protegir amb marques geogràfiques), així com conservar aquesta important parcel•la de la biodiversitat que són les varietats tradicionals agrícoles.

Per a més informació contactar amb Joan Casals Missio (Tlf: 93.552.10.93 / Correu electrònic: recerca@fundaciomiquelagusti.cat).