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viernes, 16 de abril de 2010

ARRIBA LA PRIMAVERA A CANYAMARS.




La Balanguera- Joan Alcover

La Balanguera misteriosa
com una aranya d'art subtil,
buida que buida sa filosa,
de nostra vida treu lo fil.
Com una parca bé cavil.la
teixint la tela per demà.

La Balanguera fila, fila,
la Balanguera filarà.

Girant l'ullada cap enrera
guaita les ombres de l'avior,
i de la nova primavera
sap on s'amaga la llavor.
Sap que la soca més s'enfila
com més endins pot arrelar.

La Balanguera fila, fila,
la Balanguera filarà.

De tradicions i d'esperances
teix la senyera pel jovent
com qui fa un vel de noviances
amb cabelleres d'or i argent
de la infantesa que s'enfila, de la
vellura que se'n va.

La Balanguera fila, fila,
la Balanguera filarà.






La Balanguera- Joan Alcover

La Balanguera misteriosa
como una araña de arte sutil,
vacía que vacía su rueca,
de nuestra vida saca el hilo.
Como una parca bien cavila
tejiendo la tela para mañana.

La Balanguera hila, hila,
la Balanguera hilará.

Echando una ojeada hacia atrás
vigila las sombras de la ascendencia,
y de la nueva primavera
sabe dónde se esconde la semilla.
Sabe que la cepa más se enfila
cuanto más adentro puede arraigar.

La Balanguera hila, hila,
la Balanguera hilará.

De tradiciones y de esperanzas
teje la bandera para los jóvenes
como quien hace un velo de "noviazgo"
con cabelleras de oro y plata
de la niñez que se enfila, de la
vejez que se va.

La Balanguera hila, hila,
la Balanguera hilará.

lunes, 28 de diciembre de 2009

UNA PEQUEÑA JOYA. EL FESTIN DE BABETTE. ISAK DINESEN.



Lengua: CASTELLANO
Encuadernación: Tapa blanda
ISBN: 9788493557898
Nº Edición:1ª
Año de edición:2007



Director: Gabriel Axel

Intérpretes: Bibi Andersson, Gudmar Wivesson, Hanne Stengard, Jarl Kulle, Jean-Philippe Lafont, Stéphane Audran

Título en VO: Babette Gaestebud

Año: 1986.

Duración: 102 min.

Clasificación: Sin definir

Género: Drama

Color o en B/N: Color

Guión: Gabriel Axel

Fotografía: Henning Kristiansen

Música: Per Norgard


Isak Dinesen es el pseudónimo más conocido de Karen Christence Blixen-Finecke , escritora y viajera , que nació en Rungsted, Dinamarca, en 1885. Creció en un ambiente de rígida moral, con estrechas opciones de vida para las mujeres de su época , y se aficionó desde pequeña por la creación artística, y la literatura.


Después de pasar temporadas en Roma y París, se casó en 1914 con su primo segundo, el barón Bror Blixen-Finecke. Juntos se trasladaron a Kenia, donde compraron una finca en la que había plantaciones de café. Bror era un hombre simpático, pero su encanto era inversamente proporcional a su habilidad para administrar la plantación. Al parecer, la devoción por su esposa y la fidelidad tampoco se contaban entre las virtudes del barón. Después de siete años de casados, la pareja se separó y Karen continuó a cargo del negocio.


A pesar de sus esfuerzos, la situación económica de la finca no mejoró. Debido a la sequía y a los bajos precios del café, en 1931 tuvo que vender los terrenos y regresó a Europa. Llevaba a cuestas sus 46 años de vida, su fracaso matrimonial, el colapso financiero de los cafetales y el padecimiento de sífilis que le había contagiado su marido en África. Estaba de vuelta en casa de su madre y era necesario comenzar todo de nuevo.


Decidió retomar la escritura. En su juventud había intentado la redacción de algunos cuentos, pero abandonó el intento después de unas cuantas publicaciones en revistas. Esta vez puso toda su voluntad e imaginación en un volumen de cuentos que había comenzado a escribir en África. El manuscrito fue rechazado al principio por los editores, hasta que a comienzos de 1934 se publicó en Estados Unidos bajo el título de Siete cuentos góticos.


El libro fue calurosamente recibido por la crítica y el público en Estados Unidos e Inglaterra; en Dinamarca, publicado un año después, no tuvo el mismo reconocimiento. Blixen escribía primero en inglés y luego traducía sus libros a su lengua materna, o más bien los reescribía con ligeras variaciones.


En medio de historias enmarcadas en un ambiente de castillos almenados, claustros decimonónicos, cortes nobiliarias, elegantes hosterías, balnearios para el descanso de la aristocracia, irrumpe de pronto un elemento fantástico, un elemento oscuro por el que lo inexplicable entra en la lógica narrativa.


Después de este libro vendrían, entre otras publicaciones, Memorias de África (1937), Cuentos de Invierno (1942), Anécdotas del destino (1958) y Ehrengard (1963). Una edición de bolsillo de los Cuentos de Invierno fue publicada en Estados Unidos y enviada a las tropas norteamericanas que peleaban la Segunda Guerra Mundial.


El festín del Babette


El cine ha creado grandes películas, a partir de algunos cuentos de la baronesa. En 1985, Sydney Pollack dirigió Out of Africa, que obtuvo siete Oscars y sirvió para renovar el interés por la escritora danesa. La película está basada no sólo en el libro homónimo de Blixen (Memorias de África), sino también en un grupo de cartas que permiten acercarse mejor a la intimidad de la escritora. Meryl Streep hizo el papel de la baronesa y Robert Redford el de Denys Finch-Hatton, el cazador inglés de quien Blixen se enamoró en Kenia.


Al otro extremo se encuentra El festín de Babette, cinta del danés Gabriel Axel que en 1987 obtuvo el Oscar a la mejor película extranjera. Basada en un cuento del libro: Anécdotas del destino, la ambientación es nórdica, como en muchas de las historias de Blixen.


El festín de Babette, es un cuento modesto que Blixen escribió en su origen para una revista femenina, con la intención de ganar algún dinero que le permitiese salir de la difícil situación económica en la que se encontraba. Este cuento, transformado por el guión de Gabriel Axel , director de la película, trata la historia de una pequeña comunidad de protestantes luteranos en la Dinamarca del siglo XIX, concretamente en la provincia de Jutlandia, al noroeste del país. Dos hermanas solteronas, Philippa y Martina , hijas del pastor que dirige religiosa y moralmente esta comunidad, se quedan tras la muerte del padre al servicio de los fieles, cuidando de ellos y de su fe y renunciando con ello a cualquier posibilidad de disfrute de su propia felicidad, en un enorme despliegue de lealtad a los principios religiosos de la familia. Un día irrumpe en sus vidas Babette , una francesa huida de la Revolución de la Comuna de París quien, con una carta de recomendación de Achille Papin, un cantante de ópera que se había enamorado en su juventud de Philippa, les pide que la acojan como sirvienta en su casa, para esconderla y protegerla. Las hermanas aceptan, mas por principios morales que por compasión. Van pasando los años y todo parece trascender al tiempo...todo ocurre lejos de ese mundo hermético. Un día, Babette gana mucho dinero jugando a la lotería. Decide entonces, proponer y elaborar un banquete por todo lo alto, en agradecimiento por todos los años de protección. Esta propuesta irrumpe amenazadora en la devota población, quienes no ven con buenos ojos ningún tipo de disfrute o placer de los sentidos, sea éste del tipo que sea. Hasta ese momento, todos los habitantes del diminuto pueblo, habían concebido la vida como un lugar de sufrimiento, austeridad, represión y miedo. Ese día Babette les ayuda a comenzar a romper moldes.....


Mediante una voz en off femenina que narra la película como un hermoso cuento, Gabriel Axel, su director, nos explica la historia de estas dos hermanas y su sumisa, leal y sacrificada vida. Una narración descriptiva , sin recriminaciones ni discursos reprobatorios, utilizando una ironía sutil que introduce en el relato un sentido del humor magnífico, que se mantiene hasta el final de la historia, . Así, el espectador, lejos de sentir rechazo por la actitud de estos fanáticos fieles , puede sentir hacia ellos una enorme ternura y simpatía.


Las dos hijas del pastor, cuenta la historia, habían rechazado en su juventud, cada una por su lado, la posibilidad de vivir su propia historia de amor, Martina con Lorenz, un teniente de húsares y Philippa con el cantante de ópera Achilles Papin . Este último será el facilitador del cambio con la petición de que ambas hermanas acogieran a Babette, . Lorenz, el teniente, ya envejecido y convertido en general, regresa a casa para asistir con su tía, aristócrata de la pequeña comunidad, al banquete ofrecido por Babette en casa de las hijas del pastor. La presencia de ambos hombres será clave para la facilitar la transformación del resto de los personajes.


En el momento en que Babette decide el banquete, todo cobra vida. Observaremos el desarrollo de los planes de la gran cocinera, su refinamiento y su sabiduría. Es en la noche de la cena, en donde se produce la transformación profunda de los personajes.


Éstos, llenos de miedo ante la propuesta, aunque sentados a la mesa , van intentando resistirse al disfrute del fantástico festín con que les ha obsequiado Babette , e intentan negarse a mostrar ninguna complacencia. Temen ensalzar los magníficos platos que la mujer les prepara con tanto amor y exquisitez.....porque si lo hacen, su mundo rígido corre peligro.


El único personaje que manifestará su admiración por el convite será Lorenz el general, extranjero como Babette en esta comunidad de puritanos, que se irá atreviendo, a ensalzar a la refinada cocinera,.... sorprendido y conmovido por la maravillosa comida y las excelentes bebidas que Babette les ofrece. Estimulando el placer de los sentidos, Babette consigue al fin que los personajes se dejen llevar por la dicha del momento. Lentamente se van deshaciendo las hostilidades entre ellos, los viejos temores, los silencios y rencores que antes les separaban.


Al final de la maravillosa, silenciosa e íntima cena todos se han dejado llevar por sus emociones . Comienza el momento del encuentro, de la disolución de lo reprimido. Y es bajo la luz de la luna y el aire frío de la noche estrellada del cielo de Dinamarca, cuando todos danzan y cantan con una alegría modesta y conmovedora. El dios castigador está dormido y deja que sus hijos se encuentren desde la mas absoluta humanidad.


Babette es así la gran sacerdotisa del cambio de los personajes. Dionisos les acompaña. Interpretada por Stéphane Audran (mujer del director Claude Chabrol en la vida real y musa de muchos de sus films), Babette se sirve de su antiguo arte culinario para demostrar su agradecimiento a los que la han acogido y provocar un gran cambio, sin pretenderlo. Esta es una gran vía de la transformación del alma, el disfrute de los sentidos. La conexión con el Arquetipo está servida. En todos los cuentos, la madre, el hada madrina e incluso la bruja...están al lado de sus guisos y pucheros.


Babette, es la mediadora del encuentro entre alma y cuerpo. La propuesta del cuento nos recuerda la posibilidad de ceder lo superyoico para vivir en modesta armonía con lo limitado. "Cuanto más insiste el hombre en la falsa posesión y cuanto menos capta lo esencial, tanto más insatisfactoria es su vida... Cuando se comprende y siente que se está unido, ya en esta vida, a lo infinito, cambian los deseos y actitudes. En última instancia, uno se rige sólo por lo esencial, y si no se tiene esto, se ha malgastado la vida.." Carl Gustav Jung.







domingo, 20 de diciembre de 2009

ODA Y ESTATUTO AL VINO. PABLO NERUDA.

Pablo Neruda fue un poeta comprometido con su tiempo, vivió una época de cambios y sus poesías así lo atestiguan.

A mi personalmente me encantan.

Espero que disfrutéis de estas dos.



ODA AL VINO :

VINO color de día,

vino color de noche,

vino con pies de púrpura

o sangre de topacio,

vino,

estrellado hijo

de la tierra,

vino, liso

como una espada de oro,

suave

como un desordenado terciopelo,

vino encaracolado

y suspendido,

amoroso,

marino,

nunca has cabido en una copa,

en un canto, en un hombre,

coral, gregario eres,

y cuando menos, mutuo.

A veces

te nutres de recuerdos

mortales,

en tu ola

vamos de tumba en tumba,

picapedrero de sepulcro helado,

y lloramos

lágrimas transitorias,

pero

tu hermoso

traje de primavera

es diferente,

el corazón sube a las ramas,

el viento mueve el día,

nada queda

dentro de tu alma inmóvil.

El vino

mueve la primavera,

crece como una planta la alegría,

caen muros,

peñascos,

se cierran los abismos,

nace el canto.

Oh tú, jarra de vino, en el desierto

con la sabrosa que amo,

dijo el viejo poeta.

Que el cántaro de vino

al beso del amor sume su beso.

Amor mio, de pronto

tu cadera

es la curva colmada

de la copa,

tu pecho es el racimo,

la luz del alcohol tu cabellera,

las uvas tus pezones,

tu ombligo sello puro

estampado en tu vientre de vasija,

y tu amor la cascada

de vino inextinguible,

la claridad que cae en mis sentidos,

el esplendor terrestre de la vida.

Pero no sólo amor,

beso quemante

o corazón quemado

eres, vino de vida,

sino

amistad de los seres, transparencia,

coro de disciplina,

abundancia de flores.

Amo sobre una mesa,

cuando se habla,

la luz de una botella

de inteligente vino.

Que lo beban,

que recuerden en cada

gota de oro

o copa de topacio

o cuchara de púrpura

que trabajó el otoño

hasta llenar de vino las vasijas

y aprenda el hombre oscuro,

en el ceremonial de su negocio,

a recordar la tierra y sus deberes,

a propagar el cántico del fruto.







ESTATUTO DEL VINO :

CUANDO a regiones, cuando a sacrificios

manchas moradas como lluvias caen,

el vino abre las puertas con asombro,

y en el refugio de los meses vuela

su cuerpo de empapadas alas rojas.

Sus pies tocan los muros y las tejas

con humedad de lenguas anegadas,

y sobre el filo del día desnudo

sus abejas en gotas van cayendo.

Yo sé que el vino no huye dando gritos

a la llegada del invierno,

ni se esconde en iglesias tenebrosas

a buscar fuego en trapos derrumbados,

sino que vuela sobre la estación,

sobre el invierno que ha llegado ahora

con un puñal entre las cejas duras.

Yo veo vagos sueños,

yo reconozco lejos,

y miro frente a mí, detrás de los cristales,

reuniones de ropas desdichadas.

A ellas la bala del vino no llega,

su amapola eficaz, su rayo rojo

mueren ahogados en tristes tejidos,

y se derrama por canales solos,

por calles húmedas, por ríos sin nombre,

el vino amargamente sumergido,

el vino ciego y subterráneo y solo.

Yo estoy de pie en su espuma y sus raíces,

yo lloro en su follaje y en sus muertos,

acompañado de sastres caídos

en medio del invierno deshonrado,

yo subo escalas de humedad y sangre

tanteando las paredes,

y en la congoja del tiempo que llega

sobre una piedra me arrodillo y lloro.

Y hacia túneles acres me encamino

vestido de metales transitorios,

hacia bodegas solas, hacia sueños,

hacia betunes verdes que palpitan,

hacia herrerías desinteresadas,

hacia sabores de lodo y garganta,

hacia imperecederas mariposas.

Entonces surgen los hombres del vino

vestidos de morados cinturones

y sombreros de abejas derrotadas,

y traen copas llenas de ojos muertos,

y terribles espadas de salmuera,

y con roncas bocinas se saludan

cantando cantos de intención nupcial.

Me gusta el canto ronco de los hombres del vino,

y el ruido de mojadas monedas en la mesa,

y el olor de zapatos y de uvas

y de vómitos verdes:

me gusta el canto ciego de los hombres,

y ese sonido de sal que golpea

las paredes del alba moribunda.

Hablo de cosas que existen, Dios me libre

de inventar cosas cuando estoy cantando!

Hablo de la saliva derramada en los muros,

hablo de lentas medias de ramera,

hablo del coro de los hombres del vino

golpeando el ataúd con un hueso de pájaro.

Estoy en medio de ese canto, en medio

del invierno que rueda por las calles,

estoy en medio de los bebedores,

con los ojos abiertos hacia olvidados sitios,

o recordando en delirante luto,

o durmiendo en cenizas derribado.

Recordando noches, navíos, sementeras,

amigos fallecidos, circunstancias,

amargos hospitales y niñas entreabiertas:

recordando un golpe de ola en cierta roca,

con un adorno de harina y espuma,

y la vida que hace uno en ciertos países,

en ciertas costas solas,

un sonido de estrellas en las palmeras,

un golpe del corazón en los vidrios,

un tren que cruza oscuro de ruedas malditas

y muchas cosas tristes de esta especie.

A la humedad del vino, en las mañanas,

en las paredes a menudo mordidas por los días de invierno

que caen en bodegas sin duda solitarias,

a esa virtud del vino llegan luchas,

y cansados metales y sordas dentaduras,

y hay un tumulto de objeciones rotas,

hay un furioso llanto de botellas,

y un crimen, como un látigo caído.

El vino clava sus espinas negras,

y sus erizos lúgubres pasea,

entre puñales, entre mediasnoches,

entre roncas gargantas arrastradas,

entre cigarros y torcidos pelos,

y como ola de mar su voz aumenta

aullando llanto y manos de cadáver.

Y entonces corre el vino perseguido

y sus tenaces odres se destrozan

contra las herraduras, y va el vino en silencio,

y sus toneles, en heridos buques en donde el aire muerde

rostros, tripulaciones de silencio,

y el vino huye por las carreteras,

por las iglesias, entre los carbones,

y se caen sus plumas de amaranto,

y se disfraza de azufre su boca,

y el vino ardiendo entre calles usadas,

buscando pozos, túneles, hormigas,

bocas de tristes muertos,

por donde ir al azul de la tierra

en donde se confunden la lluvia y los ausentes.